la carne vacuna
está de nuestro lado
El aporte de la carne al sistema inmunológico. Nota de análisis de Adrián Bifaretti, Jefe del Departamento de Promoción Interna del IPCVA.
Cuando a aquellos que estamos involucrados con la producción de la carne vacuna, el alimento más emblemático de los argentinos, nos toca hablar de sus propiedades nutricionales, lo hacemos habitualmente resaltando su aporte de proteínas, minerales como el Hierro, el Zinc y vitaminas.
En estos días de cuarentena, que se repiten una y otra vez con noticias inquietantes y cargadas de incertidumbre, y cuando buena parte de la población mundial está atravesando una situación creciente de estrés y ansiedad, es importante que reflexionemos lo que significa mantener una conducta carnívora para hacerle frente a un posible bajón de defensas.
El algoritmo de la angustia crece al ritmo de las preocupaciones de la gente
Las redes sociales funcionan por estos días como un parámetro de lo que pasa en la vida real y el análisis de los temas de interés y conversaciones predominantes dejan entrever que la agenda mediática está copada de manera contundente por la cuestión sanitaria y lo que pasa y se viene en materia económica.
A similar conclusión se arriba cuando se analiza aquello que más le interesa a la sociedad a partir de lo que la gente busca en google.
La herramienta Google Trends está corroborando que en todo el mundo existe un creciente interés en informarse por cómo esta pandemia está acosando a los diferentes países y muestra a Argentina como uno de los países donde existe mayor preocupación a nivel mundial respecto a la posibilidad de contagio del coronavirus.
En paralelo, cuando nos fijamos cuánto está el mundo prestando atención a la búsqueda de “baja de defensas” existe un crecimiento fuerte en los últimos días (ver figura 1).
Figura 1: Búsquedas relativas en google trends a nivel mundial
Héroes y heroínas nos cuidan, la carne vacuna nos ayuda a protegernos
Los aplausos de las 21 hs. de cada noche, reconocen todo ese esfuerzo que hacen cada uno de aquellos que les toca estar en la trinchera o en el aguante en medio de esta guerra desigual.
Desde los profesionales de la salud hasta aquellos que mantienen las calles limpias, desde aquellos que les toca estar cara a cara con la incertidumbre de un posible contagio hasta aquellos que dan lo mejor de sí quedándose en casa.
Cuando logremos salir de esta difícil situación, -y no tengan dudas que vamos a salir-, tendremos todos un mayor grado de conciencia de lo vulnerables que somos, de lo frágil que se torna nuestra vida como organismo biológico y lo que significa cuidarla y protegerla con una alimentación saludable.
Cuando el mundo intente retornar a su normalidad, la gente se va a interesar mucho más por todo aquello que pueda causarle daño. El miedo no se va a ir de un día para el otro y es por ello que seguramente no pocos habitantes de este planeta van a considerar su salud como algo verdaderamente invalorable.
Ojalá esta lección, dolorosa por cierto, sirva para que aquellos “antivacunas” recapaciten sobre lo incomprensible e inexplicable de sus posturas, sobre todo cuando se fomenta el fundamentalismo de estos movimientos, desatendiendo que lo que está en juego no es en definitiva la vida de quienes lideran y conducen estos movimientos, si no la salud y el bienestar de la sociedad en su conjunto. Ni que hablar cuando algunos padres pueden compartir las ideas de estas tendencias y deciden no vacunar a sus hijos…
Haciendo un paralelismo con lo recientemente enunciado y poniendo énfasis en lo que significará para todos nosotros la salud de ahora en más, me parece que muchos deberían replantearse si llevar adelante conductas alimentarias que aspiran a dejar de lado o directamente abandonar la carne vacuna se ajusta racionalmente a un esquema de alimentación inteligente y verdaderamente más saludable.
Creo que puede ser el momento para que muchos tomen conciencia que no deberían dejar su bienestar nutricional en manos de perfectos desconocidos, no deberían rifar la suerte de su salud en manos de formadores de opinión sin la formación profesional adecuada como por ejemplo algunos influencers y celebridades.
Pareciera que solo basta con tener algún grado de fama virtual como para guiar y conducir a un rebaño de gente, muchos jóvenes por cierto, que quieren simplemente mostrarse como diferentes… Debemos, entre todos darnos el debate necesario para que esto no hipoteque el bienestar de las generaciones futuras…
Chicos, grandes y sobretodo nuestros viejos: Todos pueden acudir a la carne para reforzar el sistema inmunológico
Hablar de defensas bajas es hablar en criollo que podemos tener problemas en nuestro sistema inmunológico.
Este suele funcionar de una manera ineficiente cuando una persona no está llevando adelante una alimentación equilibrada. Cualquier médico, nutricionista o pediatra, aconsejará siempre comer variado y vale la pena que conozcamos porqué es importante incorporar carne a nuestras comidas en este momento tan particular que nos toca vivir.
Estamos ante un enemigo tan peligroso como desconocido y en el medio de una pelea desigual.
El “#mequedoencasa”, es con seguridad la mejor receta para evitar contagiarnos, pero sin lugar a dudas podemos intentar que si el destino cruza al coronavirus en nuestro camino, por lo menos tratemos que nos encuentre lo más armados posible.
Cuanto más fuerte sea el sistema inmunológico, mayor éxito tendrá nuestro organismo para rechazar los agentes patógenosy superar procesos infecciosos.
La Doctora Susanna Bramante, experta en nutrición, agronomía y producción animal, suele manifestarse frecuentemente en el proyecto carnesostenibili.it y manifiesta que existe clara evidencia científica de que la carne nos hace fuertes y que incluir proteína animal en una dieta balanceada juega un papel relevante en la respuesta inmunitaria de las personas.
Vale recordar que nuestros anticuerpos y las células de defensa del organismo son producidas a partir de las proteínas, y sin una ingestión adecuada el sistema inmunológico se cae y cuando “se cae el sistema”, nuestro sistema, nosotros… nos volvemos más proclives a enfermarnos e infectarnos.
Las proteínas son cadenas de aminoácidos y las diferentes combinaciones de estos últimos crean en definitiva miles de proteínas distintas.
Nuestro organismo no es capaz de almacenar aminoácidos y es por ello que se precisa una ingesta diaria de aminoácidos a través de las proteínas contenidas en lo que comemos para crear nuevas proteínas.
En este sentido, El Dr Javier Marhuenda Hernández experto de la Academia Española de Nutrición Humana y Dietética, afirma que “los aminoácidos esenciales se pueden encontrar en todos los alimentos, pero lo importante es incorporarlos de manera simultánea y el inconveniente radica en que la mayoría de los alimentos no contienen todos los aminoácidos esenciales en cantidades suficientes y las plantas en particular no contienen buenas cantidades de todos los aminoácidos esenciales”.
Las fuentes de proteína de origen vegetal a menudo carecen de al menos uno de los aminoácidos esenciales: los aminoácidos que el organismo humano necesita pero no es capaz de sintetizar y por lo tanto tenemos que obtenerlos con nuestra dieta.
Todas las deficiencias de aminoácidos disminuyen la inmunidad, por ejemplo: las dietas bajas en triptófano y fenilalanina disminuyen la síntesis de anticuerpos, de manera similar las cantidades limitadas de aminoácidos que contienen azufre (metionina y cisteína) perjudican a los tejidos linfoides, que son fundamentales para nuestro sistema de defensa.
A recordar muy bien esto y a “viralizarlo”por redes sociales: la carne es considerada un alimento “completo” porque contiene todos los aminoácidos esenciales.
Para dimensionar la complejidad de nuestro sistema inmunológico y de la necesidad de una nutrición adecuada, basta repasar los siguientes enunciados:
-La falta de vitaminas del complejo B, pueden causar una potencial pérdida de inmunidad.
-El Zinc es un mineral que está muy estrechamente vinculado al sistema inmune, ya que favorece la elaboración de anticuerpos, modulando la susceptibilidad a infecciones.
-El déficit de hierro se asocia a un aumento de aquellas sustancias que dañan nuestras células.
-El Selenio se vincula con las llamadas enzimas antioxidantes, que previenen el daño causado por los radicales libres.
La mejor forma de evitar deficiencias de estos nutrientes es incluyendo carne bovina en el menú.La carne vacuna es rica en vitamina B6, un nutriente vital para la formación de nuevos y saludables glóbulos blancos y rojos.
La cantidad aportada de hierro por la carne de vaca es mayor que la de las carnes blancas. Contiene un promedio de 3 mg de hierro cada 100 gramos, el doble que el pollo y el triple que el pescado. Asimismo, la carne vacuna posee en promedio 6 mg de Zinc cada 100 gramos, el doble que la carne de ave y cuatro veces más que el pescado.
En cuanto al Selenio, debemos recordar que el mismo se encuentra fundamentalmente en las vísceras (hígado y riñón) y apropósito de este micronutriente les dejo un comentario esperanzador del reconocido médico infectólogoAttilioSpeciani, donde en una entrevista relacionada al aumento de casos del Covid-19 en Italia, remarcó la existencia de una investigación muy relevante sobre la presencia de selenio y sobre la capacidad del cuerpo humano para vencer a los virus.
Estudios recientes demostraron que “tener una concentración adecuada de selenio en sangre permite una mayor capacidad defensiva del sistema inmune contra los virus en general, y el coronavirus no es la excepción”.
A no dudarlo,
en un mundo de defensas bajas,
la carne vacuna está de nuestro lado.